Bouillon Pigalle es un establecimiento que homenajea al clásico bristrot francés. En él se comen platos icónicos junto con buen vino. Los precios son imbatibles, el ambiente garantizado y al lugar no le falta encanto.
Bouillon Pigalle propone catorce entrantes, doce platos, tres quesos y diez postres. Allí encontramos platos típicos de los bistrots franceses como los buccinos con mayonesa y acedera, caracoles con mantequilla y perejil o el hueso de médula con tarama. La brandada de bacalao, el steak tartare acompañado de patatas fritas, el pot-au-feu (estofado con patatas), la blanquette de ternera, el boeuf bourguignon (estofado de buey con vino tinto), pasta coquillette así como la cabeza de ternera con salsa gribiche son solo algunos de los ejemplos de platos que se sirven ahí y que no cuestan más de once euros. Para acompañarlos, Bouillon Pigalle dispone de un vino de mesa servido en cuartos, media botella, una botella o un litro. Puedes elegir entre tres versiones: tinto côtes-du-rhône, blanco côtes-de-gascogne y el rosado. En cuanto al postre, podremos elegir entre opciones como los profiteroles o la mousse de chocolate, el babá al ron y el arroz con leche con caramelo y mantequilla salada.
Bouillon Pigalle abre desde el mediodía hasta la medianoche. Dispone de 300 plazas sentadas en las que se mezclan tanto franceses como turistas extranjeros. El establecimiento no permite reservas. Hay que hacer la cola durante varios minutos para poner tener una mesa. El bistrot sirve a los primeros que llegan y éstos dejan su sitio a otros cuando terminan de consumir su plato barato pero delicioso. ¡Bouillon Pigalle propone una verdadera cocina francesa a unos precios reducidos!
