No siempre es fácil lograr el equilibrio perfecto para obtener un gin tonic rico. Hoy te revelamos los cinco mejores consejos para que siempre consigues hacer tu bebida preferida.
La primera cosa que hay que cuidar cuando se hace un gin tonic es el hielo. Es importante no hacerlo con los pequeños hielos que se utilizan habitualmente sino con hielos masivos que se venden en supermercados o en gasolineras. Para que no sean impuros y que afecten la calidad de la bebida, se aconseja lavarlos antes de ponerlos de nuevo en el congelador. Será un poco difícil separarlos, pero este esfuerzo valdrá la pena.
El segundo punto muy importante para conseguir un gin tonic sabroso es la forma y el material de la copa en la que se sirve. Si es posible, hay que favorecer una copa con tallo para que la bebida no se calienta cuando se toma la copa en las manos. Ademas, una copa de cristal de alta calidad es perfecta para potenciar las aromas de la bebida.
Tercero, quizás ya has visto la cuchara trenzada que muchas veces se utiliza por los camareros cuando realizan un gin tonic. Esta cuchara se usa por creencia que ayuda a contener el gaz en la tónica, pero en realidad, no es el caso. Lo único que se puede hacer para realmente mantener el gaz un poco más en la tónica es servir la bebida directamente en los hielos muy lentamente.
En cuarto lugar, la temperatura de los ingredientes tiene que ser la misma cuando se sirve. Ambas pueden ser a temperatura ambiente o en la nevera, pero es muy importante que una no sea fría y otra no, y viceversa. Si no están a la misma temperatura, el gaz de la tónica se pierde mucho más rápidamente.
Al final, te aconsejamos hacer tu gin tonic en copas de tamaño pequeño, para que su calidad no disminuya con el tiempo porque el gaz se va o el hielo se derrite… Ademas, beberlo en pequeñas copas permite tener la oportunidad de probar diferentes ginerbas y también ¡diferentes recetas!