Seguro que has empezado dietas con muchas ganas de perder por fin tus kilos de más. Empiezas el día llena de voluntad tomando solo un té… pero a medio día, tu cuerpo pide chocolate y azúcar…
Para entender esta conducta, hay que saber que muchos factores influyen en la sensación de hambre: estrés, malos hábitos, ansiedad, fatiga, hormonas… Esta hambre no es “real”, pero es más emocional.
Los hábitos no se pueden cambiar en solo un día. Imponer un cambio drástico con restricciones a vuestro cuerpo va a aumentar vuestra frustración y fastidiar a vuestra dieta. Empezar una dieta no significa parar de comer, sino comer mejor. El primer secreto es comer cinco veces al día. Si comes cada 3 o 4 horas al día (2 comidas principales + 3 colaciones), te sentirás llena sin tentaciones de comer lo que te cae en las manos.
Durante toda tu dieta, tienes que seguir menús equilibrados con 4 ingredientes principales: fibras (fruta, verduras…), proteínas (tofu, carne, pescado, huevo…), grasas (frutos secos, aceite de oliva…) y carbohidratos (pan, cereales, arroz, pasta, legumbres…). No olvides beber antes de comer, a veces es muy fácil de confundir la sensación de sed con la de hambre. Y el agua permite llenarte mas rápidamente, así vendrá la sensación de saciedad. Y para el postre, tomate un trocito de chocolate, ¡te ayudara a tener ganas de seguir con tus esfuerzos!